COMUNICADO DE COENER SOBRE EL ANUNCIO
DE INCREMENTO DEL PRECIO DE LA GASOLINA EN VENEZUELA
El
Centro de Orientación en Energía - COENER, asociación civil, cuyo propósito
fundamental es incidir en las políticas públicas en el área de energía, hace
del conocimiento de los venezolanos su posición sobre la situación del mercado
interno de combustibles, el cual ha sido objeto de referencia hace pocos días
por parte de funcionarios del gobierno nacional, en el sentido de plantear
posibles aumentos en sus precios al consumidor.
Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA)
ha venido cargando directamente con el costo de los “subsidios” de los
combustibles comercializados en el mercado interno, el cual ha aumentado de
manera significativa especialmente desde el año 2002. El llamado subsidio o
transferencia vía precios de los combustibles ejerce un impacto negativo en la
caja de PDVSA y del fisco, dado que reduce el volumen de “renta petrolera” que
en manos del fisco es redistribuido vía gasto público. La no indexación en los
precios de los combustibles reduce el ingreso fiscal, en virtud que la renta
petrolera se contrae por la dimensión de la transferencia mencionada. Este
fenómeno es aún más evidente, en la medida en que el precio de los combustibles
no registre el impacto inflacionario acumulado en un largo período,
como es nuestro caso.
A pesar del alto costo de este
subsidio implícito, que en el caso de los combustibles para uso automotor
representa más de 91 mil millones de dólares desde el año 2002, las distorsiones
que hoy presenta este esquema se reflejan en un aumento preocupante de
fenómenos como el contrabando de extracción, ineficiencia en el uso de los
combustibles en el mercado interno y un alto desequilibrio distributivo en la
sociedad.
Pero además del subsidio a los
combustibles, la actual administración ha impuesto a PDVSA otras pesadas cargas
como:
- El
suministro de más de cien mil barriles diarios de petróleo a Cuba, los
cuales se argumenta son pagados por el gobierno de ese país con servicios
en materia de salud, asistencia deportiva y otros menos
identificables. Es decir, no genera
flujo de caja ni en PDVSA, ni en el fisco.
- El
suministro de más de ciento treinta mil barriles diarios a los países firmantes
de los “Acuerdos Energéticos” del Caribe, Centroamérica y
Suramérica en condiciones favorables de precio y financiamiento para esos
países, que ocasionan pérdidas económicas a Venezuela.
- La
utilización de PDVSA en áreas no inherentes a su propósito de empresa
petrolera.
- Pago
del Fondo Chino en suministro de petróleo,
por un dinero que PDVSA no recibió.
Todo lo anterior ha reducido la capacidad
gerencial, financiera y operativa de PDVSA en un sector altamente competitivo. PDVSA
hoy, paradójicamente, con uno de los niveles más altos de reservas de petróleo
y gas natural del mundo, con precio récord del petróleo de cien dólares por
barril, tiene un nivel de producción mucho más bajo que el nivel que presentaba
al inicio del siglo XXI. Como consecuencia, la renta petrolera y la disponibilidad
de divisas se han reducido, incrementando
el déficit fiscal e impactando negativamente la balanza de pagos.
Esta situación se agrava cuando se
observa que, adicional al impacto negativo en las cuentas nacionales como
consecuencia del deterioro del sector petrolero, se ha utilizado parte
importante de los ingresos fiscales en la adquisición de empresas privadas de
diferentes sectores, electricidad, cemento, hierro, aluminio, papel, agrícolas,
conexas al sector petrolero, entre otras, que al día de hoy presentan flujos de
caja críticos, generándose, adicionalmente, menor producción nacional,
desabastecimiento en el mercado nacional, desincentivo a las inversiones e
incremento de las importaciones. Este círculo perverso se refuerza a sí mismo
cuando se mantiene un elevado déficit fiscal (financiado con endeudamiento y/o
dinero inorgánico), lo que genera una creciente inflación y es insostenible en
el mediano plazo. Podríamos estar a las puertas de una híper inflación que sólo
generará mayores niveles de pobreza.
En conclusión, COENER considera racional un ajuste
en los precios de los combustibles en el mercado interno, condicionado a que
previamente:
A. Se establezcan
condiciones comerciales en la entrega de crudos a Cuba en las que priven los
intereses de nuestra Nación.
B. Se modifiquen los
términos de suministro de crudos y productos a los países signatarios del
acuerdo de Petrocaribe, para reducir su impacto en las cuentas nacionales, y
modificar la administración del acuerdo para eliminar su impacto en las cuentas
de PDVSA.
C. Se modifiquen los
términos comerciales del acuerdo con China que impactan desfavorablemente los
ingresos petroleros, y se modifique su administración de modo que su costo no
afecte en forma directa las cuentas de PDVSA.
D. Se establezca un esquema de precios a nivel
de puerta de refinería que desincentive o elimine el nefasto contrabando de
extracción. El impacto económico que pudiera tener esta medida, oídas las
opiniones de los diversos sectores afectados, debe ser manejado por el gobierno
a través de medidas compensatorias, cuyos fondos deben reflejarse vía Ley
de Presupuesto Nacional. De esta manera
los subsidios, de ser necesarios, competirían en igualdad de condiciones con
por ejemplo los presupuestos de salud y educación, entre otros, generando
racionalidad en la toma de decisiones a nivel de Estado. En ningún caso debe afectarse a PDVSA ni a cualquier otro
agente económico del mercado interno, cuyas acciones deben ser remuneradas en
términos comerciales competitivos.
Finalmente, reiteramos que cualquier
acción que se tome para recuperar la competitividad en la industria petrolera,
y de PDVSA en particular, debe pasar por:
- Focalización
en su propósito de empresa
productora, refinadora y comercializadora de hidrocarburos centrando el Sistema de Gestión
en un modelo de excelencia operacional basado en el Ciclo de Mejora
Continua (CMC) que permita garantizar un desempeño seguro, confiable y
rentable de PDVSA.
- Desideologización
de la toma de decisiones. En particular, la selección de socios debe
obedecer a principios comerciales y de competitividad.
Las acciones mencionadas
anteriormente redundarán en el buen crédito y posicionamiento de PDVSA en el
mercado internacional.
Venezuela está en una de las peores
crisis económicas de su historia y la misma podría empeorar de no realizarse un
giro de ciento ochenta grados hacia una economía de libre mercado, de respeto a
la propiedad privada y del estado de derecho, con el fin de incentivar
inversiones y competitividad. La valoración adecuada de la gasolina y los otros
combustibles derivados de los hidrocarburos, así como de la electricidad que se
consume en el mercado nacional, es sólo una de las aristas que se debe
corregir, pero debe ser parte de un conjunto de medidas que coadyuven a superar
la actual crisis y coloquen a Venezuela en el camino del progreso.
Caracas 07 de Enero 2014
Ing. Diego J.
González Cruz
Presidente
Centro de Orientación
en Energía - COENER
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